miércoles, 23 de diciembre de 2009

Etre humain à nouveu, rien qu'humain à nouveau...

Ya estoy preparado para ser feliz.

¿Sabes? Yo también te quiero.


El Hombre del Faro.

viernes, 27 de noviembre de 2009

La mecánica humana, Vol. 5: Mecánica fallida (el realista fiable)

Cuando en ti ya no queda más que un vago recuerdo.
Cuando sientes que cada gota de sangre se te escapa lentamente, hasta quedar vacío.
Cuando la propia muerte te arranca un trozo de tu alma, desgarrándote la garganta.
Cuando tus ojos se secan, y sólo queda polvo por llorar.
Cuando tienes valor suficiente para aceptar que eres un cobarde.
Cuando tus temores se hacen realidad.
Cuando tu mayor tormento irrumpe en tu monotonía.

Es entonces, y sólo entonces, cuando puedes sentirte realmente vivo. Aunque seas una máquina rota.
Ése es un buen motivo para sonreír.

domingo, 1 de noviembre de 2009

La mecánica humana tras la crónica de una muerte anunciada.

Conozco de primera mano millones de historias trágicas. Millones de desgracias que me rodean diariamente. Espeluznantes relatos vividos en primera persona. Tristes despedidas y amargos finales.
A uno le corroe el alma ver como sus seres queridos son los protagonistas de estos momentos.
Pero a mi no.

Sin embargo, ayer, una de estas historias hizo añicos mi ser. La historia de alguien a quien ni siquiera conozco y cuyo final no fue más lúgubre que el de los que ya conocía. Ayer sentí tristeza, algo que siempre había confundido con la frustración y el dolor. Ayer hice algo que no hacía desde hace tres años.



Ayer lloré. Lloré por una desconocida.

domingo, 18 de octubre de 2009

La mecánica humana, Vol. 4: La fuerza de Casimir-Polder.


Es curioso que la nada sea la fuerza de todo esto, nuestra fuerza, el todo. Es curioso descubrir que es la nada la que te mueve, la que aguarda tras el telón, la que espera en el andén. Es curioso ver como la nada es la única que da una respuesta a tus dudas.

Y es reconfortante saber que jamás me equivoqué de casa, que siempre supe lo que hacía y que era consciente de ello; que seguía adelante, adaptándome a las nuevas circunstancias pues lo necesitaba, necesitaba una sola aprobación. Ahora sé que lo único que necesito es el conocimiento de la nada.

Ahora sé que no es amor, es el efecto casimir.
¿Triste? Tal vez. Pero, ¿por qué tanta importancia a tal atracción cuando el detonante de ésta vuelve a ser lo mismo: nada?

Ahora sé que la vida no está hecha para esperar a que pase la tormenta, sino para aprender a bailar bajo la lluvia.

miércoles, 7 de octubre de 2009

La mecánica humana, Vol. 3: Mecánica avanzada.


¿Cómo es posible sentir dolor por ello? ¿Cómo es posible sentir que se desvanece toda una vida de sentimientos? ¿Cómo es posible sentir que el aguijón de la envidia te atraviesa la garganta? ¿Cómo es posible sentir que te quedas helado en la distancia, a la espera de que la función termine para poder moverte, para poder continuar?





¿Cómo es posible sufrir por una pérdida cuando ni siquiera sabes qué es lo que buscas?

Tal vez he vuelto a equivocarme de casa.

viernes, 25 de septiembre de 2009

La mecánica humana, Vol. 2: Revelaciones de un muñeco de arena.


... pero la llave no entraba, y entonces surgió la desesperación.
Destrozó el picaporte y, utilizando sus hombros a modo de ariete, logró entrar. No recordaba haber comprado ese paragüero. Se acercó a la cocina para dejar las bolsas de la compra. Buscó su abrecartas con el que cortar los envoltorios de su nuevo cuchillo multiusos, pero no estaba en su sitio. Miró en el primer cajón de la derecha tres veces... ni rastro.
Mareado y confuso, se sentó un instante, contemplando las cenefas de la cocina. Pero se sentía incómodo, ya iba siendo hora de renovar aquéllas desgastadas sillas. ¿Cómo no se había dado cuenta antes?
Entonces recordó dónde lo había utilizado por última vez y se dirigió a su estudio. Y cuando abrió la segunda puerta a la izquierda del piso de arriba quedó perplejo por lo que tenía ante sí...




Se había equivocado de casa.

martes, 15 de septiembre de 2009

La mecánica humana, Vol. 1

... y se deshizo en millones de pedazos. De su alma sólo quedaba aquélla parte que realmente le pertenecía. Pero nadie supo dónde encontrarla. Y así, sumergida en el caos de su propia creación, en el pozo sin retorno que había construido con total dedicación, resurgió de nuevo con una esperanza infundada, sin motivación alguna. Pues ese es su destino: resurgir de sus restos con la convicción de ver un nuevo mañana, para después volver a caer en el mismo yerro.
Y eso le gustaba.
Tal vez fuera lo que deseaba. Tal vez anhelara ver como, lentamente, su piel se desgarraba ante cada desliz, su lengua se bifurcaba un poco más a cada palabra y su pelo se volvía lacio y mustio.
Tal vez jamás se dio cuenta de ello. Y tal vez sea incapaz, pues es imposible analizar la vida de uno cuando éste ya está muerto.

Qué bello es vivir sin tener que eternizar una farsa.

jueves, 27 de agosto de 2009

Core 'Ngrato




Mañana será el gran día, al fin lograré superar mis temores, dejaré mis esperanzas atrás, sin vacilar, pues de nada las necesito. Avanzaré frente a la tempestad, blandiendo la mejor y más sincera de mis sonrisas, escudándome en la más hermética seguridad (cortesía de aquéllos a los que quiero) y con la más certera convicción como estandarte.
Por un momento dejaré de pensar, de pensar en las consecuencias, en las posibilidades y probabilidades. Olvidaré el tiempo atrás, los intentos fallidos. Y recordaré lo que pudo haber sido, para que de una vez por todas comience a ser.
Volveré a ser yo mismo, sin ser quien era antes. Diré lo que nunca había dicho, como siempre había imaginado.


Concebí una estrategia.
Y la olvidé, para dar rienda suelta a mi torrente de emociones. Ansiaba disfrutar de ese momento, sin mirar de reojo las salidas de emergencia. Quería empaparme en aquél mar inexplorado, sentirlo íntegramente fluir a mi alrededor.

Ideé un plan.
Y de nuevo lo olvidé. Para saborear en todo su esplendor el sabor de la victoria auténtica y las delicias de una conquista lenta y sincera.


Pero se agotó algo que siempre creí controlar.
Y ese día jamás llegó.

Soy el Homo Ignavus.

martes, 25 de agosto de 2009

Crónica de una muerte anunciada, Vol. 2

...and man must have his mate, that no one can deny...

Eso dice una de las mejores canciones de amor existentes hasta ahora. ¿Por qué debemos identificar "amor" con "pareja"? Sabemos que existen muchos tipos de amores, incluso los platónicos, sin embargo, el sentido de amor parece estar incompleto si consta de sólo un elemento. ¿Por qué?





Porque de nada sirve amar, si se hace en secreto. Y amor es un imposible cuando tiene una sola dirección.

sábado, 22 de agosto de 2009

Crónica de una muerte anunciada, Vol. 1

De la armonía y el concierto surge el control. Nace la muerte del alma. Vicisitud del poder que ejerce sobre ella misma. Y tras mirar por última vez el reloj, de ella escapa un último estertor, que anuncia la muerte en vida.

Soy señor de mi esclavitud.

jueves, 13 de agosto de 2009

¿Cómo saber dónde empieza el principio?

En la vida, antes o después, siempre llega ese momento tan anhelado por todos nosotros, el fin de la ilusión y el comienzo de nuestra auténtica vida. Ese momento en el que vivimos aferrados a la esperanza de saber escoger, de creer hacerlo bien, de saber llevarlo. Ese momento en el que nuestros planes comienzan a tomar forma, a definirse como el sendero con el que siempre habíamos soñado. Terminas tus estudios, tienes claro qué carrera quieres comenzar, obtienes tu primer trabajo, te circuncidas...

Tu vida se viste de glamouroso carmesí y de amarillo cadmio. No necesitas más.

Pletóricos por la HD de nuestras vidas, ignoramos por completo las señales que nos indican que algo no va bien. Que algo falla. Que algo está a punto de hacer que te salten los puntos.

Es entonces cuando, en un sólo día, tu vida se desmorona, toda tu ilusión se derrumba ante tu impotente incredulidad. Decides que eso que estudias realmente no mola nada, que trabajar es mu duro, pero necesario, y que el postoperatorio de la circuncisión es muy chungo.

Nada sale como esperabas.
Todo falla.
La llama de tus sueños se apaga.

Y es en ESE MOMENTO cuando tu vida deja de vestirse de carmesí y de cadmio, para volverse de bermellón y esmeralda. Tu alma se angustia y se agita, inconsciente de que lo que realmente está asediando sus muros es... euforia.


sábado, 8 de agosto de 2009

Disincronía lenguaje


Cuando me es imposible dar forma a mi mente, sigo bailando.

Soy el Hombre del Tango.

lunes, 3 de agosto de 2009

A través de la niebla.



Siempre he querido y creído mostrarme tal y como soy. Sin reservas, sin secretos, sin misterios. Demostrarme y demostrar a los demás que ESA es la única forma de poder vivir plenamente, de aprovechar al máximo cualquier situación con la que nos encontremos.

Por eso siempre, desde la reservada pasividad que rige mi alma, he intentado abrir mi interior para dar a conocer lo que hay en él. Aunque fuera de una forma indirecta, necesitando la interacción de tan sólo una persona más.

Pero hace poco descubrí algo que cambió todo esto. Hace poco tuve el placer de conocerme algo más. Hace poco alguien me habló sobre mi.

Y me mostró que, por más empeño que le pusiera, siempre seguía habiendo algo oculto en mi. Incluso con las personas con las que no debo (ni tengo por qué) mantener ningún secreto.
<<¿Qué es eso que no quiero mostrar?>>
<<¡No hay nada!>>
Ayer obtuve la respuesta. Es imposible conocer a los demás.
Siempre; seamos como seamos, pensemos como pensemos y nos mostremos como nos mostremos, habrá algo en lo más hondo de nuestro océano de sensaciones que permanezca oculto incluso cuando se tenga el más leve atisbo de su existencia, pues saber qué se esconde en ese cofre revelaría todos los misterios sobre nuestra persona, y eso acabaría con nuestra vida.

No... claro que no. Pero a veces, preferimos pensar eso para no tener que ver como, cada vez que nos parece conocer un poquito más a los demás, nos damos cuenta de que seguimos estando en la orilla, o incluso, que sólo podemos ver una isla rodeada de niebla. Pues el interior: los bosques, los valles, los lagos... siempre nos estarán vedados. Porque lo que nos hace ser lo que realmente somos es ese trocito de tierra que guardamos para nosotros mismos, sin darnos cuenta. Creamos, inconscientemente, nuestro espacio propio, el único en el que podemos ser auténticamente nosotros.

Y comprendí que, para conocerse a uno mismo, basta con saber que en ese espacio hay una robleda, un lago y tal vez un barrizal. Pero no importa ni su tamaño, ni las hectáreas arboladas, ni la dureza de las aguas. Sólo que existen, pues todo eso deberán decírnoslo los demás, siempre y cuando sean capaces de verlo desde la orilla y a través de la niebla.

martes, 28 de julio de 2009

A new beggining...


Esta debe ser la tercera vez que me decido a abrir un blog: dos entradas, dos párrafos, dos fotos, dos canciones y fin al derroche de temas descabellados surgidos en un momento de súbita originalidad. De esto hace ya dos años, dos años hace ya que me abandonó mi musa y, con ella, un fluido torrente de ideas (Y mi MP4... desapareció ese mismo día). Siempre he sucumbido al temor de aburrir, de quedarme sin algo que ofrecer, de no encontrar un tema que agradase a al menos una sola persona. Pero, ¿por qué hablar de algo que pueda interesarle a alguien? ¿Por qué buscar temas de actualidad tan sobados por todos los medios? ¿Por qué tratar un tema de interés social? ¿Por qué decir?

Para aquellos desconocidos internautas interesados en la vida de... alguien cualquiera, sin nada en qué destacar y a quien incluso quienes le conocen llaman por otro nombre, paso a presentarme.

Jamás he aprendido a hablar un idioma que no fuesen los obligados (castellano, catalán e inglés), nunca he aprendido a tocar un instrumento musical (a excepción del triángulo) y nunca he sufrido jetlag por hacer un viaje DE LOS BUENOS. Tampoco sé dibujar, escribir poemas o componer una canción. Mi puntuación máxima en el Sing Star roza los 1.000 puntos (poniendo el micro cerca de la boca de mi contrincante).
Mis notas académicas dejan mucho que desear y mi forma de vestir es sencilla y discreta. Soy un perfecto imitador del Hombre de Hojalata (lástima que esto no se valore en las pistas de baile...). Mis aptitudes matemáticas están consideradas como una paraciencia en fase experimental y el único deporte que practico con regularidad es el collejing (o sopaping, para los más snobs). Por último,destaco la peligrosidad de la precariedad con la que mi memoria y lógica trabajan.

Pero soy felizmente feliz, vivo en armoniosa armonía conmigo mismo y disfruto disfrutosamente de cada segundo, incluso de los que desperdicio. Ohhhhhh... Esos son los mejores momentos. "Tiempo perdido" ¿Por qué perdido? ¡Es de esos momentos de los que realmente se sacan cosas de provecho! Todo el mundo intenta evitar ser víctima de un rato perdido, de un día perdido, de media vida perdida. Ocupa ese tiempo haciendo cosas triviales, insustanciales. ¿Y no es eso perder el tiempo?

Felizmente feliz. Así es como vivo. Tal vez, después de leer mi presentación, a alguien le cueste entender como una vida vacía puede producir algún tipo de felicidad. Tal vez ese alguien espere la parte en que presento al amor de mi vida, mi razón de ser y mi única motivación. Pero no conozco al amor de mi vida. Al menos no se ha dado a conocer en 19 años. Puede que viva en un continente distinto y que jamás nos encontremos. O que crea ser suficientemente feliz con otra persona. Puede que lleve toda su vida siendo rehén de un grupo armado revolucionario que espera intercambiarla, en un futuro lleno de escasez, por víveres. Puede que esa persona no exista.

Pero sigo siendo felizmente feliz. <<¿Por qué, pobre desgraciado?>> Porque siempre me he sentido en total armonía con el Universo. No estoy publicitando el Budismo, ni nada por el estilo. Tampoco estoy predicando una vida llena de amor hacia el prójimo y la contención del odio y la ira (taaaaaaaaaaaaaaan necesarios, vitales...). De hecho, mi filosofía, mi forma de vida, podría confundirse fácilmente con el nihilismo por la máxima que rige mi vida, pero para explicarlo necesitaría otro blog.

En armoniosa armonía. No hay nada en el mundo que logre captar mi preocupación, nada que me irrite, nada que me ponga de los nervios, nada que me disguste, nada que me inhiba. Cuando todo se vuelve caos, permanezco quieto, observando y esperando el momento de actuar. Eso me gusta, observar desde la distancia, ver lo que no se puede mirar y descubrir lo que no se puede saber. Para ello hay que permanecer impasible, inamovible e imperturbable.

Soy la calma en la tempestad.
Soy el ojo del huracán.
Soy el último bastión.
Soy el Hombre del Faro.